Introducción
La elección del neumático adecuado es esencial para garantizar seguridad, estabilidad y confort al volante. En España, aunque muchas zonas no obligan legalmente al uso de neumáticos de invierno, cada vez más conductores apuestan por ellos cuando bajan las temperaturas o viajan a zonas de montaña. Pero, ¿sabes exactamente cuándo conviene cambiar entre neumáticos de verano e invierno?
Diferencias entre neumáticos de verano e invierno
Neumáticos de verano
Funcionan mejor con temperaturas superiores a 7 °C.
Ofrecen mayor agarre en seco y mojado en climas templados.
Diseñados para reducir el consumo de combustible y el desgaste en carreteras convencionales.
Neumáticos de invierno
Recomendados cuando la temperatura se sitúa de forma constante por debajo de 7 °C.
Su compuesto de goma blanda mantiene flexibilidad en frío, garantizando tracción en nieve, hielo y lluvia intensa.
Incorporan laminillas en el dibujo que mejoran la adherencia en terrenos deslizantes.
¿Cuándo cambiar los neumáticos?
Al inicio del invierno (noviembre-marzo): si vives o viajas por zonas frías, con nieve o heladas, es recomendable montar neumáticos de invierno.
Al llegar la primavera (abril-octubre): en climas suaves y temperaturas por encima de 7 °C, los neumáticos de verano recuperan su eficiencia.
Si viajas a la montaña: incluso con coche de uso urbano, considera el cambio si visitas áreas con nieve o carreteras en condiciones extremas.
Antes de viajar al extranjero: en países como Francia, Alemania o Italia, los neumáticos de invierno son obligatorios en ciertas fechas y regiones.
Consejos prácticos para prolongar la vida útil
Mantén siempre la presión recomendada por el fabricante.
Alterna las ruedas entre ejes para un desgaste uniforme.
Guarda los neumáticos no utilizados en un lugar fresco y seco.
Revisa la profundidad del dibujo: debe ser superior a 1,6 mm por ley, aunque lo recomendable es cambiarlos a partir de los 3 mm.
Conclusión y llamada a la acción
Elegir entre neumáticos de invierno o de verano no es solo una cuestión de normativa: es una decisión que afecta directamente a tu seguridad y economía. Con un cambio a tiempo, reduces riesgos de accidente, ahorras en combustible y prolongas la vida del coche.
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